“El cuerpo grotesco no está encerrado, terminado, ni listo, se excede así mismo,
atraviesa sus propios límites. Bocas abiertas, órganos genitales, senos, falos,
vientres, narices.” – Mijaíl Bajtin.

“Si la existencia se reduce a poseer un cuerpo, como si fuese un atributo,
entonces, en efecto, la muerte carece de sentido: no es más que la desaparición
de una posesión, es decir, muy poca cosa.” – David le Breton.

Para esta propuesta escénica me basé en la tesis doctoral de “Mujeres Rebeldes” Cuerpo, feminidad y agencia en el movimiento punk de la Ciudad de México de Tanja Wälty, identificándonos con el punk a partir del desacuerdo profundo con las normas sociales inculcadas en los cuerpos de los actorxs “Habitus” de Bordieu, analizando la articulación entre Cuerpo Punk y Cuerpo en la escena contemporánea. Es un análisis y pudiéramos decir autocrítica hacia nosotroxs los Punks de la danza, en la manera en que permea este Habitus y la performatividad de Butler en nuestro Cuerpo, en pensar, hablar, actuar, moverse, caminar en la práctica cotidiana creando un puente hacia la práctica extra cotidiana, llevándonos , un miserable y terrorífico hallazgo, aceptando esa dualidad, esa desigualdad y a veces contradicción en nuestra conducta y prácticas que generamos y reproducimos en la escena y la vida cotidiana. Esta obra nos desnudará en ese accionar, en la denuncia y la No denuncia, en descubrir otros caminos posibles donde transitar como seres escénicxs y, gentes reales. (Utopía mil) Esta puesta en escena se desenvuelve durante un periodo fúnebre.